El acelerado ritmo de vida que se experimenta en urbes como la Ciudad de México contribuye a que el significado original de sus monumentos e íconos culturales se diluya y pierda en el tiempo.

Así lo señaló el maestro Sebastián Vargas Álvarez, quien el sábado 20 de febrero guiará el recorrido “Monumento y conmemoración: la memoria inscrita en el espacio público”, organizado por el Programa Historia Viva del Departamento de Historia de la Ibero.

Con el fin de explorar la historicidad de diversos monumentos y entender su relación con los intereses políticos, culturales y sociales de diversas épocas, esta actividad llevará al público a revisitar el origen del Ángel de la Independencia, la galería de estatuas dedicadas a próceres distinguidos en Reforma; los monumentos a Cuauhtémoc y a Cristóbal Colón; Puerta 1808 (escultura colocada por el Gobierno del Distrito Federal como parte de los festejos del Bicentenario) y el Hemiciclo a Juárez.

También se visitará El Caballito de Sebastián; el monumento a Beethoven; la estatua de Carlos IV en la Plaza Manuel Tolsá, e incluso el antimonumento a los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.

Con respecto a monumentos como la estatua de Cristóbal Colón, que ha sido atacada en más de una ocasión, el experto en estudios culturales subrayó que se debe comprender que estas piezas no sólo son lugares de memoria, sino obras de arte, por lo que merecen respeto, independientemente de que el público esté en desacuerdo con lo que representen.

Todo monumento se creó con algún objetivo especial y su significado está abierto a interpretación, así que éste puede mutar con el paso del tiempo, dijo. En el caso de la estatua de Colón, la pieza fue colocada en la segunda mitad del siglo XIX como parte del rescate del legado cultural hispánico y como una forma de hacer pública la reconciliación de México con España.

“Eso tenía sentido en su momento, pero en años recientes las nuevas ideas de la identidad nacional señalaron al hispanismo del siglo XIX como algo excluyente de otros pueblos, legados y experiencias”, apuntó el especialista.

“El significado de cualquier objeto cultural, ya sea un museo o un monumento, se modifica con respecto a las necesidades o intereses de una sociedad en el presente. La memoria es algo que siempre se transforma, de acuerdo con el presente desde el cual se lee el pasado”, aseguró.

Para informes e inscripciones a este recorrido, los interesados deben comunicarse con el maestro Gabriel Poot, coordinador del Programa Historia Viva, al teléfono 5950 4000, Exts. 7097 y 4044, o al correo historiaviva.uia@gmail.com.

Próximos recorridos: 

• Lugares de memoria: Chapultepec (sábado 12 de marzo)
• El sexo y la ciudad. Las mujeres y la prostitución a lo largo de los siglos XVI al XIX (sábado 9 de abril)
• La elegancia del barroco en Puebla (sábado 23 de abril)
• Higiene y suciedad en la ciudad de México. Un recorrido panorámico en torno a las prácticas de limpieza corporal y los preceptos de higiene pública, siglos XVI-XIX (sábado 7 de mayo)
• Mixcoac en la memoria de Octavio Paz (sábado 4 de junio)

Consulta el programa en este link.

JTGI/ ah