El calvario e infierno que viven los migrantes en su tránsito por México lo experimentan de manera diferenciada los hombres y las mujeres, dijo la maestra Elvia González del Pliego Dorantes, coordinadora del Programa de Asuntos de Género de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, durante la III Semana de la Migración. Género y Migración, realizada en esta institución educativa.

En el panel "Género y migración. ¿Por qué una semana sobre género y migración?, ¿cuál es el papel de la Ibero en el tema?", mencionó que las mujeres migrantes tienen que pagarle a los grupos de delincuencia organizada derechos de piso para que puedan subirse al tren; son forzadas a cuestiones de trata, y otras “tienen que  buscar un protector, alguien que las proteja a cambio de favores sexuales”. 

Asimismo, se han dado casos de chicas migrantes transexuales y transgénero que en su tránsito por México sufren homofobia, tortura, son violadas y en algunos casos las ejecutan.

Más allá del género, González del Pliego consideró que el problema de fondo en la migración es de derechos humanos, de respeto a la dignidad humana; innegociable e intransferible. “Los temas de género no es que los promuevan unos u otras, nos afectan a todos y todas. Tienen que ver con que somos una sociedad, y todos merecemos el mismo trato, las mismas oportunidades, tenemos los mismos derechos, y se nos debe respetar”.

Ximena Gallegos Toussaint, del Programa de Asuntos Migratorios (Prami) de la Ibero, agregó que las mujeres, a diferencia de los hombres, migran muchas veces para escapar de la violencia doméstica, comunitaria e institucional. 

En sus países de origen, las mujeres están insertas en un contexto social que reproduce continuamente una discriminación estructural, al carecer de derechos hereditarios, independencia económica, libertad para decidir cuántos hijos quieren tener, padecer una falta de educación y ser víctimas de feminicidios. O ser trabajadoras del hogar sin pago, tener poco o nulo acceso a servicios, emplearse en la economía informal y tener menores salarios. 

El tránsito es una etapa particularmente peligrosa para las mujeres migrantes, al continuar bajo el impacto de distintas formas de violencia, consecuencia de esa discriminación estructural. Ellas, a diferencia de los hombres, siempre serán vistas como objetos sexuales y mano de obra aún más barata. En este sentido, según la Organización Internacional del Trabajo, el año pasado en todo el mundo 20.9 millones de mujeres fueron víctimas de trabajos forzados, incluyendo la explotación sexual.

¿Por qué una semana sobre género y migración?

El ingeniero Pablo Reyna Esteves, director de Programas de Incidencia, explicó que la Universidad Iberoamericana decidió realizar, por medio de su Dirección General del Medio Universitario, Programa de Asuntos de Género y Programa de Asuntos Migratorios, esta III Semana de la Migración. Género y Migración.

Reyna comentó que el fenómeno migratorio es tal vez el más complejo, el más urgente y el que nos interpela más como sociedad, porque mezcla cuestiones de clase, perspectivas geopolíticas y relaciones de género. Además, el escenario apunta a que en los próximos años la migración no va a disminuir, sino que la movilidad humana irá en aumento en todo el mundo, incluido México.

“El objetivo de esta semana es discutir, informar y plantear las temáticas específicas sobre las cuestiones de género vinculadas a la movilidad en un país como México. Los distintos programas de incidencia, específicamente el de asuntos de género, convocaron a todas y todos a mirarnos en un espejo, en relación con las violencias de género, de las cuales somos parte, somos víctimas, somos también responsables al ejercerlas, como individuos y como colectividad”.

En el panel "Género y migración. ¿Por qué una semana sobre género y migración?, ¿cuál es el papel de la Ibero en el tema?" también participó Margarita Núñez Chaim, adscrita al Prami, quien dio a conocer las actividades por desarrollar durante la III Semana de la Migración. Género y Migración.

PRL/ ah