En la Ibero buscan detectar enfermedad que provoca muertes súbitas cardiacas

Sáb, 27 Feb 2016
Biomédicos desarrollan plataforma de diagnóstico de cardiopatías, principalmente el síndrome de Brugada
Estudiarán latido a latido para encontrar fallas en la conducción eléctrica que revelen presencia de esa enfermedad causante de 20% de muertes súbitas en personas de 20 a 40 años
  • Mtro. José Luis Urrusti, académico de la licenciatura en Ingeniería Biomédica de la IBERO.

Ingenieros biomédicos de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México trabajan en el desarrollo de una Plataforma de análisis electrocardiográfico, diagnóstico de cardiopatías, con énfasis en el síndrome de Brugada, con el fin de detectar esta enfermedad, causante de 20 por ciento de las muertes súbitas cardiacas.

Al ser el síndrome de Brugada una enfermedad genética que se manifiesta en alteraciones de los estímulos eléctricos del corazón, no de su estructura o anatomía, hasta el momento carece de métodos de detección oportuna. En el mundo es responsable de una de cada cinco muertes súbitas, por afecciones cardiacas, en personas con edades entre los 20 y 40 años, explicó el maestro José Luis Urrusti Alonso, académico del Departamento de Ingenierías.

Saber que ciertas personas padecieron o padecen este síndrome (descubierto apenas en 1992 por los hermanos Brugada, cardiólogos españoles), sólo se conoce en el momento de practicarles la necropsia a quienes tuvieron una muerte súbita, o por medio de estudios electrofisiológicos y genéticos si tuvieron la fortuna de ser reanimadas con una atención inmediata (lo que se llama una muerte súbita recuperada).

Aunque la arritmia consecuencia de esta enfermedad y causante de la muerte súbita se puede controlar con medicamentos, conocer la presencia del síndrome de Brugada es muy difícil, pues éste se manifiesta únicamente en una alteración de los canales iónicos (dotados de sodio y potasio) de las membranas de las células del corazón.

Sin embargo, las características morfológicas del corazón se pueden conocer si se analiza la conducción eléctrica de los ciclos cardiacos, latido a latido, por medio de la observación de los distintos componentes del electrocardiograma: las ondas P, Q, R, S y T, que determinan la amplitud, duración e intervalo de los latidos.

Desarrollan plataforma de diagnóstico de cardiopatías

Con base en eso, el maestro Urrusti, académico de Ingeniería Biomédica de la Ibero, desarrolla junto con alumnos de esta licenciatura un software de análisis de variabilidad de las características morfológicas del electrocardiograma (ECG), que a la postre será la herramienta con la cual detecten diversas cardiopatías, entre ellas el síndrome de Brugada.

A partir de la detección de los latidos cardiacos hay una serie de procesamientos adicionales en el electrocardiograma que se deben hacer para medir confiablemente todos los parámetros morfo-temporales del ECG: las amplitudes, las duraciones de las ondas, los intervalos entre las distintas ondas,  la característica morfológica de cada onda, si es positiva o negativa.

“Todas esas características de cada latido pretendemos analizarlas en esta plataforma, desde el punto de vista de la variabilidad, para comparar cómo es distinta en sujetos sanos y con alguna enfermedad, como el síndrome de Brugada”, precisó Urrusti.

El software es capaz de solicitar al usuario que designe una, dos o cualquiera de las casi 20 características diferentes del electrocardiograma sobre las cuales se quiere hacer el análisis de variabilidad. Permite además seleccionar qué análisis de variabilidad se desea hacer, si del dominio del tiempo o de la frecuencia, para que el usuario experto (cardiólogo o biomédico) pueda tener más y mejores elementos para distinguir a los sujetos sanos de quienes se sospecha tienen una enfermedad cardiaca con manifestación eléctrica.

Investigación a futuro

Urrusti Alonso aclaró que el software para detectar cardiopatías todavía no es capaz de determinar con seguridad si una persona a la cual se le hace este estudio de variabilidad morfológica del electrocardiograma tiene  o no cierta enfermedad.

“Esperamos que en los próximos semestres este sistema sea capaz de arrojar resultados confiables del análisis de variabilidad, para que pueda hacerse un protocolo clínico con personas voluntarias y con alguna enfermedad confirmada por el cardiólogo, y entonces podamos hacer una validación clínica, es decir, que el sistema identifique una enfermedad en una persona aparentemente sana”.

En este proyecto de investigación de la Ibero titulado Plataforma de análisis electrocardiográfico, diagnóstico de cardiopatías, con énfasis en el síndrome de Brugada, participa el doctor Enrique Hernández López, cardiólogo, quien ha indicado a los biomédicos qué criterios seguir para  identificar el inicio y el fin de cada uno de los componentes del electrocardiograma, para a partir de ahí generar las distintas mediciones.

El médico también ha ayudado al académico y sus alumnos a darle forma a la interfaz de usuario del sistema, para que el software sea práctico y fácil de usar, y sobre todo sea útil para un experto cardiólogo o ingeniero biomédico.

Cabe destacar que existe un prototipo funcional del software. Esta plataforma se ha probado con registros de electrocardiografías de arritmias  (como las que desencadena el síndrome de Brugada) disponibles de manera libre y gratuita en Fisionet, sitio que nació en la comunidad científica del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

“Calculo que estamos más o menos a cinco años de poder publicar resultados de análisis entre grupos de personas sanas desde el punto de vista electrocardiográfico, con respecto a grupos de pacientes con alguna enfermedad cardiaca”.

Para pasar a una fase comercial, o sea disponible para los cardiólogos interesados, faltan otros cinco o diez años. “Se necesitan hacer muchas más pruebas y conformar un sistema basado en una computadora comercial, para que realmente lo puedan usar cardiólogos en sus consultorios o en sus hospitales”.

En el desarrollo del software han participado, por medio de su servicio social o internado, los alumnos: Salomón Fraind, de Ingeniería Física; Yoshiki Vázquez, César Chavarría, Raúl Santos, Emilio Isaías, José Luis Zavaleta, Natan Becker, María Fernanda Trujillo, Rafael Pagaza y Luis Ricardo de la O, de Ingeniería Biomédica, y Nathalie Kreis, alumna alemana de intercambio. Todos ellos han fortalecido su formación académica al participar desde el nivel licenciatura en este proyecto de investigación.

Pedro Rendón

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