El pasado 16 de septiembre de 2016, en el portal de Pulso Laboral nos publicaron un artículo que tardó un año en ver la luz; en él hacíamos una reflexión acerca del conformismo social, el conflicto de intereses en parte de la cúpula empresarial y la nefasta clase política actual.

Hoy es un orgullo darnos cuenta que la sociedad mexicana nos está demostrando que se puede gritar a todo pulmón: ¡Qué orgullo ser mexicano! El lío se puede ver en todos lados, niños y adultos tomando en sus manos a nuestro país; los desastres naturales, en particular los sismos, nos han sacado de la apatía y del conformismo. Se nos abre una oportunidad para dejar atrás esa neocultura que se estaba apoderando de la sociedad.

Un desastre natural no distingue posición social ni cartera. Es un hecho que por las condiciones de pobreza en el país los más golpeados son los que menos tienen, sin embargo, en las largas filas de ayuda no hay clases sociales.

Hemos podido constatar cómo de mano a mano, unos y otros se ayudan convirtiéndose en uno mismo; hemos podido ver y vivir cómo nos apoyamos hombro con hombro, no importando si somos estudiantes, profesionistas o académicos, si somos morenos o blancos, si tenemos los ojos rasgados o no, si la indumentaria trae una bandera de Japón, Ecuador o Estados Unidos, en estos momentos todos somos MÉXICO y punto.

La apatía y conformismo se ha ido, niños, jóvenes y adultos hemos tomado en nuestras manos a México, hagamos un llamado para ¡no soltarlo nunca más! No dejemos que aquellos que abusan a través de un micrófono y una pantalla, aquellos que se aprovechan de una posición de poder o partidista nos lo arrebaten nuevamente.

Demostramos que somos más los que levantamos una piedra, que quienes quitan una despensa donada o aquellos que se aprovechan de las circunstancias y asaltan a mano armada, o aquellos que hacen rapiña.

Hoy es obligatorio alzar la voz y denunciarlos; hoy más que nunca deben tener claro nuestro descontento y nuestra unión, gritémosles a la cara: ¡No cederemos a nuestro país!, somos más los que aportamos desde nuestra trinchera, sea pequeña o grande, por el bienestar de MÉXICO. Como hace 32 años, y otras veces más, nos unimos en apoyo de todos nuestros hermanos.

Héroes anónimos que sin buscar un reflector han trabajado por horas y horas sin descanso, sólo con el objetivo de ayudar, de quitar una piedra, de cargar una botella o simplemente con la intención de brindar una sonrisa y consuelo a quien lo necesita. Uno a otro nos escuchamos, nos animamos, nos protegemos, nos impulsamos y buscamos poner a nuestro MÉXICO de pie.

En las calles, en los centros de acopio, en los albergues y en los hogares se desborda solidaridad y amor; que no sea pasajero, que no se agote, que nos dure muchos años con o sin desastres naturales.

Seamos inteligentes con lo que viene en los próximos meses, que nuestro voto cuente, que los independientes, en verdad independientes, sean los que aporten las ideas, quitemos a los Hugo Boss, a los Zegna, a los Carolina Herrera, a los Louis Vuitton; que los arremangados, los llenos de tierra de los escombros, los sucios por cargar y descargar, los honestos, los limpios, los realmente mexicanos ocupen esos puestos y hagan que nuestros impuestos se apliquen en lo valioso, y que se elimine la corrupción y existan finanzas públicas sanas. Entre todos podemos hacer crecer económicamente a nuestra nación.

Hoy, hoy, hoy, con nuestro país en el corazón y con la bandera en el horizonte, podemos decir: ¡Es un orgullo ser mexicano lioso! ¡Viva México!

*El Mtro. Abraham Vergara es coordinador de la Licenciatura en Contaduría y Gestión Empresarial. Isaac Calderón es asistente de Fortalecimiento de Calidad Académica de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.