#ANÁLISIS México: De patio trasero a contenedor

Lun, 22 Oct 2018
La esperanza de una vida mejor y la precariedad social provocan los flujos migratorios que hoy tienen en jaque al gobierno mexicano
  • Miles de migrantes centroamericanos se agolpan en la frontera sur de México (Tomada de El Periódico).
Por: 
Dra. Ivonne Acuña Murillo*

El caso reciente de cerca de cuatro mil migrantes hondureños que pretenden llegar a los Estados Unidos atravesando México ha puesto en evidencia, una vez más, que México dejó de desempeñar un papel pasivo, como el ‘patio trasero’ (backyard) del todavía imperio, para ejecutar uno activo y convertirse en un eficiente ‘contenedor’. Contenedor como “aquél que contiene” derivado del verbo contener, en dos de sus sentidos: el de “encerrar dentro de sí una cosa” y en la forma de una barrera, diríase “un muro”, que impide el paso de algo o alguien o la continuación de un proceso.

Los tuits que Donald Trump emitió recientemente no dejan lugar a dudas. El mandatario presiona al gobierno mexicano saliente y al entrante para que contengan la caravana migrante, so pena de suspender el recientemente negociado tratado de libre comercio, el USMCA (por sus siglas en inglés) o T-MEC (por sus siglas en español).

No sólo amenaza al país de origen con retirarle la ayuda económica, cómo tuiteó el 16 de octubre, a las 8:05 a.m.:

The United States has strongly informed the President of Honduras that if the large Caravan of people heading to the U.S. is not stopped and brought back to Honduras, no more money or aid will be given to Honduras, effective immediately!

sino al de tránsito, en este caso México, como se observa en su tuit del 18 de octubre, de las 6:24 a.m.:

In addition to stopping all payments to these countries, which seem to have almost no control over their population, I must, in the strongest of terms, ask Mexico to stop this onslaught - and if unable to do so I will call up the U.S. Military and CLOSE OUR SOUTHERN BORDER!..

Por si no había quedado claro el mensaje para México, a las 6:45 a.m. volvió a tuitear:

The assault on our country at our Southern Border, including the Criminal elements and DRUGS pouring in, is far more important to me, as President, than Trade or the USMCA. Hopefully Mexico will stop this onslaught at their Northern Border. All Democrats fault for weak laws!

Ciertamente, no puede entenderse que Trump esté tan sólo esperando que “con mucha suerte” México detenga este flujo migratorio, sino que lo está exigiendo, a partir de lo que algunos califican como ‘amenaza velada’, a cambio de continuar con el tratado de libre comercio, mismo que no ha sido firmado aún por las partes ni ratificado por el Senado estadounidense.

Volviendo a la idea de México como un ‘eficiente  y eficaz contenedor’, se entiende entonces la exigencia de Trump en cuanto a que nuestro país debe impedir la llegada de migrantes, en este caso hondureños, a Estados Unidos (eficiencia, entendida por la Real Academia Española como “la capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado”), por las buenas (brindando visas, asilo, protección) en cuyo caso operaría nuestro país como aquél que contiene algo dentro de sí mismo, o por las malas (deportando, arrestando, reprimiendo, cerrando su propia frontera sur) en cuyo caso operaría como ‘contención’, como el ‘muro’ frente al que se estrellarán todas aquellas personas que pretendan arribar al polo más atractivo del planeta (eficacia, entendida a su vez por la misma RAE como “la capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera”).

Y ahora resulta que EU pretende que México limpie el cochinero que ha ido dejando a su paso.

En primer lugar, la promoción que el mismo EU ha hecho de la forma de vida capitalista, el famoso ‘sueño americano’, ha permeado en todo el mundo como la promesa de un mejor futuro. Este ‘sueño’ fue definido en 1931 por el historiador estadunidense James Truslow Adams como la oportunidad de tener una vida mejor y más rica partiendo de la habilidad o el trabajo, independientemente de la clase social o las circunstancias de nacimiento.

Por supuesto, la intención primera de la aún potencia pudo ser atraer la suficiente mano de obra para hacer realidad el ‘sueño’ y después, durante la Guerra Fría, mantener a sus países de influencia, en especial los de América Latina, hoy conocida como ‘Nuestra América’, lejos de la tentación del comunismo. Actualmente, ya muerto el socialismo soviético, la capacidad de EU para absorber mano de obra ha disminuido, no así la atracción que para millones de personas en el mundo supone el ‘sueño americano’.

En segundo lugar, al ‘sueño americano’ se suman los efectos del cambio de modelo económico que el mismo Estados Unidos, con Ronald Reagan a la cabeza, y Gran Bretaña, con Margaret Thatcher, como primera ministra, propiciaron en la década de los años ochenta del siglo pasado.

La apertura indiscriminada de fronteras, la liberalización de los mercados financieros, la flexibilización del trabajo, la circulación sin restricción alguna de capitales, no así de personas, generaron una serie de efectos negativos como la creación de una enorme desigualdad socioeconómica tanto entre países como al interior de éstos, dividiendo a la humanidad en ganadores (VIP – Very Important People) y perdedores (losers).

Por supuesto, entre los primeros se encuentra sólo el 1% de la población mundial, el cual en 2017 se quedó con el 82% de la riqueza producida en el planeta a decir de OXFAM, y aunque el restante 99% incluye a trabajadores privilegiados como ejecutivos, técnicos súper especializados y bien pagados y grupos de familias con altos ingresos, la vida de la gran mayoría de la gente transcurre entre la carencia y la necesidad.

La suma de ambos factores, la esperanza de una vida mejor y la precariedad de las condiciones de vida generada por el modelo económico neoliberal en los países de economías emergentes o en ciertos núcleos de su población, tiene como consecuencia la aparición de flujos migratorios que se mueven hacia los polos de atracción donde las condiciones de vida son mejores.

En tercer lugar, la gente sale de sus lugares de origen no sólo atraída por los países donde el nivel de vida es más elevado, sino en función de la depredación ecológica de que han sido objeto sus tierras, mantos acuíferos, bosques, selvas y espacio aéreo, en la medida que los gobiernos locales han permitido que los grandes corporativos, estadounidenses muchos de ellos, exploten de manera indiscriminada y contaminante los recursos naturales de su población así el petróleo como la minería, los bosques, etcétera, creando un nuevo tipo de migrantes, los ‘ambientales’.

En cuarto lugar, a las razones anteriores se suman la violencia y la inseguridad que el modelo económico neoliberal ha generado en la medida que las condiciones de vida se precarizan y la lucha por el control de los recursos se vuelve más feroz, contando con el contubernio de los gobiernos locales que no sólo se alían con los grandes corporativos en una enorme red de sobornos (el ejemplo más reciente es el de Odebrecht, constructora brasileña que sobornó a los gobiernos de 12 países incluido México para obtener contratos millonarios), sino con las mafias organizadas, locales y transnacionales que operan también como empresas y que reparten cantidades millonarias para operar.

En este punto, el ‘modelo de negocio’ auspiciado (defendido, protegido, amparado, favorecido) por la globalización económica se vuelve en contra de la población de las capas bajas y medias que no cuentan con los recursos suficientes para hacer frente a la competencia por los recursos escasos o por aquellos puestos en juego por los poderosos cárteles económicos, políticos y delictivos.

Así planteado, se entiende por qué miles de hondureños y hondureñas buscan alcanzar el American Dream y dejar atrás las consecuencias que el mismo creador del sueño ha provocado.

Pero, resulta que no es EU, el país que en este caso ha de pagar las consecuencias del modelo económico destructor de las economías locales fuera de éste, sino México, quien ha de ‘pagar los platos rotos’ por el aún imperio, conteniendo de cualquier manera los flujos de migrantes.

Aunque de momento salta a la esfera pública y a la opinión pública la presión de los EU sobre Honduras, Guatemala, El Salvador y México, en el caso de las y los migrantes hondureños, no hay novedad en ello si se recuerda el caso de la Iniciativa Mérida, tratado internacional de seguridad acordado por los Estados Unidos, México y los países de Centroamérica para combatir el narcotráfico y el crimen organizado. El acuerdo firmado por George Bush y Felipe Calderón Hinojosa, en el caso de México, fue activado el 30 de junio del 2008.

Vía este tratado, EU proporcionó equipo, entrenamiento y asistencia militar a los países firmantes para supuestamente luchar en contra del narco y la delincuencia organizada con el fin último, no necesariamente explícito, de proteger la frontera estadunidense. Entre las críticas hechas a este acuerdo destacan las que documentan flagrantes violaciones a los derechos humanos, guerra de baja intensidad y contrainsurgencia. El plan ideal para impedir, atacar y destruir todo intento de protesta social en contra de las condiciones económicas, sociales y políticas creadas por el modelo económico ya referido.

Viene a la memoria también el caso de los casi 60 mil niños migrantes no acompañados que en 2014 llevaron al entonces presidente de los EU, Barack Obama, a pedir a sus homólogos de El Salvador, Guatemala, Honduras y México frenar su llegada a la frontera de su país, les pidió “hacer más” para detener este flujo migratorio.

En el caso de México, bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto, las políticas migratorias en contra tanto de niños no acompañados como de los adultos que pretenden llegar a la frontera norte tomó tintes preocupantes, como se dijo en un reportaje aparecido en la publicación web In These Times titulado Cómo Estados Unidos 'solucionó' su crisis migratoria. En el texto se afirma que “México hizo el trabajo sucio de Washington bajo presión de ese país y su apoyo económico, al obstaculizar las rutas para migrantes provenientes de Centroamérica y dejándolas a merced de pandillas que los someten a violaciones, secuestros, extorsión y asesinato”. Lo anterior fue reportado por el periódico La Jornada, el 15 de mayo de 2015. http://www.jornada.com.mx/2015/05/15/politica/017n1pol

En el mismo artículo se afirma, a partir del testimonio de un migrante, que el Grupo Beta, del Instituto Nacional de Migración, que realizaba labores de apoyo a migrantes, se encarga ahora de denunciarlos y entregarlos a la policía para su deportación.

Basten estos ejemplos para confirmar la transformación de México en activo ‘contenedor’ de los flujos migratorios hacia Estados Unidos. País que sigue sosteniendo la idealización del American Dream, como el país de las oportunidades y la abundancia, mientras pide a México hacer el trabajo sucio y dejar de ser sólo su ‘patio trasero’, donde arrumba lo obsoleto, lo inservible, lo sucio como coches, computadoras, ropa usada, máquinas viejas, tecnología pasada, etcétera, para convertirse en el verdadero muro (el físico es más bien un símbolo del decadente imperio que busca cerrarse después de que promovió la apertura indiscriminada de capitales, pero no de gente), en el ‘contenedor’ por excelencia, eficientando sus políticas migratorias para impedir, a cualquier costo, el arribo de migrantes a EU, ya de hondureños o de cualquier otra nacionalidad.

*La Dra. Ivonne Acuña Mutillo es académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana.

 

Las opiniones y puntos de vista vertidos en este comunicado son de exclusiva responsabilidad de quienes los emiten
y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de la Universidad Iberoamericana.

Para mayor información sobre este comunicado llamar a los teléfonos: (55) 59 50 40 00, Ext. 7594, 7759
Comunicación Institucional de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Prol. Paseo de la Reforma 880, edificio F, 1er piso, Col. Lomas de Santa Fe, C.P. 01219