#ANÁLISIS Seis escenarios rumbo al proceso electoral de 2018

Lun, 24 Jul 2017
La alternancia, una estrategia adecuada y poco costosa para el PRI, afirma experta de la IBERO
Explica que se está gestando un sistema 'bipartidista satelital' para frenar, además, a Morena
PRD y PAN podrían perder ante la ciudadanía por su 'falsedad ideológica'
  • En septiembre arrancará el proceso electoral para elegir al nuevo presidente de México (Especial).
Por: 
Dra. Ivonne Acuña Murillo*

La intención de formar un Frente Amplio Opositor permite prefigurar algunos de los escenarios que se presentarán durante los comicios del 2018 cuando, además de ocho gubernaturas, el Congreso de la Unión y más de tres mil puestos a nivel local, se compita por la Presidencia de la República

En sus primeros 71 años al frente del gobierno, el PRI practicó el 'gatopardismo', hizo cambios para que todo siguiera igual. Ideó y llevó a cabo la reforma política de 1977; liberalizó el sistema político-electoral; cedió a las presiones de las fuerzas políticas en ascenso y de la sociedad organizada para modificar una y otra vez las leyes electorales; permitió a la oposición ocupar curules en el Congreso de la Unión y en los congresos locales; incluso acceder a la gubernatura de algunos estados y ocupar algunas cabeceras municipales, cuidando de no perder la hegemonía. Al final, tuvo que resignarse y aceptar la alternancia a nivel de la Presidencia de la República.

La alternancia, en este sentido, ha demostrado ser una estrategia adecuada y poco costosa para el mismo PRI, para permitir al sistema político seguir operando, si no en los mismos términos en que fue ideado por este partido, si adecuando los procesos electorales para evitar que actores ajenos a las cúpulas y sus acuerdos, políticos y económicos, lleguen a ocupar la silla presidencial.

“Cambiar para no cambiar”, en relación a las formas de ejercer el poder, permitió al PAN ocupar Los Pinos por dos sexenios, al final de los cuales el PRI logró 'regresar', encontrando un sistema político semidesmantelado, el desorden en donde antes había un orden pactado, la proliferación de centros de poder donde antes sólo mandaba el presidente, el empoderamiento de poderes fácticos como los gobernadores, los empresarios, la Iglesia, el narco y las bandas del crimen organizado, que antes eran dirigidos y administrados por el presidente en turno.

Así lo dijo Sócrates Rizzo García, destacado priista y exgobernador de Nuevo León, pues “de alguna manera se tenía resuelto el problema del tránsito (de la droga) (…) había un control y había un Estado fuerte y un presidente fuerte y una procuraduría fuerte y había un control férreo del Ejército (…) De alguna manera les decían: ‘Tú pasas por aquí, tú por aquí, tú por aquí’, pero no me toques aquí estos lugares”. Las declaraciones del priista fueron recogidas por Proceso.com.mx, el 23 de febrero de 2011.

Pero, la debilidad de la Presidencia como institución, y no sólo del presidente Enrique Peña Nieto; el déficit de credibilidad que este mandatario enfrenta; la crisis de representación por la que pasa el sistema de partidos; el hartazgo ciudadano; la fragmentación del voto y la falta de legitimidad que en conjunto provocan los factores anteriores, ha llevado a dos partidos políticos, PAN y PRD, a plantearse la 'necesidad' de formar el ya conocido Frente Amplio Opositor.

En entrevista radiofónica con Ricardo Rocha, el 26 de junio de 2017, en el programa Formula Detrás de la Noticia, Alejandra Barrales Magdaleno, todavía presidenta del PRD, afirmó que el PRI ganó de nuevo el Estado de México por la división de los partidos de oposición y a pesar de que la gran mayoría de los mexiquenses, siete de cada 10, prefería otro partido diferente al PRI.

Debido a esto, 90% de los integrantes del PRD, a decir de la misma Barrales, apoyan la idea de un Frente Amplio Opositor. La convocatoria para la formación de éste supone, en las palabras de la misma presidenta del PRD, que: “Los que vengan a este posible frente tienen que venir en calidad de integrantes, es decir, estar dispuestos a no venir como precandidatos, a dejar de lado sus aspiraciones. Esto no quiere decir que renuncien a la posibilidad de encabezar este proyecto, simplemente de lo que hablamos es que hay que estar dispuestos a ser, pero también estar dispuestos a no ser, los que encabecen este proyecto”.  

En clara referencia al discurso, al 'falso discurso' de López Obrador en torno al PRI y la mafia del poder, sostuvo que: “No podemos decir que no queremos nada con ellos y facilitarles la posibilidad de que vuelvan a repetir (sic) en la Presidencia, como hicieron ya en el Estado de México”. Dicho esto, lanzó el anzuelo: “El enemigo a vencer, en términos electorales, es el PRI”.

Después de la entrevista a Barrales, Ricardo Rocha entrevistó a Gustavo Madero Muñoz, expresidente del PAN, al que su partido encargó la elaboración de la plataforma político electoral para 2018, quien también afirmó: “En un momento como éste, necesitamos que todos los que son aspirantes sean generosos y pongan su candidatura, su aspiración, su proyecto a un lado y lo pongan al servicio de un bien superior. Debemos primero analizar el programa, la propuesta, después eh… quien lo puede abanderar, eh... encarnar, en el pleno sentido de la palabra, hacerlo propio y representarlo y, y comunicarlo de la mejor manera a través de un frente amplio”. 

Barrales hizo un cálculo electoral al momento de hablar del Frente Amplio, mientras que Madero partió de un breve diagnóstico sobre lo que pasa en México y el mundo en términos de la forma de entender la política, del desgaste de la política como forma de representar y transformar a un país y la exigencia de estar adelante de estos cambios”. Habló de generar mayorías estables y dejó claro que el PAN es el partido de la oposición que más estados gobierna, con la plataforma más amplia, el mayor número de capitales, diputados, senadores, etcétera y, por tanto, “tenemos la responsabilidad de ponerlo al servicio de los mexicanos para construir nuestro futuro”. Estas últimas palabras parecieran un posicionamiento en torno a cuál de los partidos del frente tendría más fuerza a la hora de acordar el plan y al hombre o mujer que lo encabezaría.

Tanto Barrales como Madero han dejado sobre la mesa los dos temas centrales que supuestamente dan origen a la convocatoria para formar dicho frente, a saber: no dejar que el PRI repita en Los Pinos y construir una propuesta de gobierno que recoja las principales demandas de la ciudadanía, atendiendo con eso la urgencia del momento histórico.

Tal vez nada habría que objetar ante tan transparentes objetivos. Sin embargo, el 'sospechosismo', ése del que hablaba el panista Santiago Creel Miranda, exsecretario de Gobernación en el sexenio de Vicente Fox Quesada, y la experiencia unida a la certeza que recoge la máxima “nadie da paso sin huarache”, llevan a plantear otros argumentos ante semejante transparencia.

Primero, en la continuidad de las estrategias gatopardistas priistas, el Frente Amplio Opositor desempeña un papel central en el escenario político electoral del año 2018. Pareciera, en opinión de quien esto escribe, que se está gestando un sistema 'bipartidista satelital', en el que el PRI y sus partidos satélite (PVEM, PANAL, PES, si es que alguno no lo abandona para irse al frente), por un lado, y el PAN y sus partidos también satélite (PRD y los que se adhieran) por el otro, buscan, con la alternancia pactada entre ambos, cerrarle el paso al partido de izquierda, Morena, cuyo líder, Andrés Manuel López Obrador, por supuesto, amenaza con disminuir sus privilegios y entorpecer sus pactos.

Segundo, el anzuelo lanzado a la ciudadanía con la conformación del Frente Amplio Opositor es la supuesta decisión de no permitir al PRI repetir en la Presidencia, tratando de aprovechar el desgaste del partido, la impopularidad del presidente Peña Nieto, la abierta corrupción de sus gobernadores, Ayotzinapa, la Casa Blanca, etcétera, para orientar el voto en favor de un partido, el PAN, que pretende mostrarse como intachable, como si los dos sexenios de su gobierno no hubieran desatado la crisis de violencia e inseguridad que vive el país y como si no hubieran repetido las prácticas corruptas de sus antecesores priistas.

Tercero, una vez lanzado el anzuelo, hay que preparar el escenario: primero, para golpear a AMLO y a MORENA durante la campaña electoral para descalificarlos cuando al final se nieguen a formar parte de dicho frente; segundo, para conformar el discurso que permitirá culpar a Obrador de 'su derrota' en 2018 y, por las dudas, del triunfo del PRI en caso de haberlo. Este discurso tiene como fortaleza la propia postura lopezobradorista y su negativa de ir en alianza con los partidos a los cuales ha reconocido como parte (servidores) de la 'mafia en el poder'.

Cuarto, Alejandra Barrales y Gustavo Madero han comenzado a colocar en los medios de comunicación las frases que darán forma al discurso 'neutral', que tarde o temprano se volverá 'en contra' de AMLO y a partir del cual lo acusarán de poner por encima del interés del país su ambición presidencial; de no tener la humildad para dejar de lado sus aspiraciones personales y unirse al frente; de no querer realmente cerrarle al PRI la puerta de la Presidencia; de no reconocer la urgencia histórica y de beneficiarse del poco avance de México y sus graves retrocesos en materia de seguridad, pobreza, desigualdad.

Quinto, PAN y PRD podrían pagar muy caro lo que desde la ciudadanía podría leerse como 'falsedad ideológica', toda vez que pretenden dejar de lado las enormes diferencias que en materia ideológica y programática los separan, sacrificando los valores que alguna vez les permitieron presentarse ante los votantes como opciones claras de gobierno. El PRD ya ha comenzado a pagar el precio, ¿estará el PAN dispuesto a jugarse el todo por el todo con tal de volver a ocupar la silla presidencial? ¿Será la ciudadanía capaz de juzgar a dos partidos que olvidan el compromiso ético que supone su definición ideológica, so pretexto de un 'bien superior' definido por ellos mismos, y castigarlos votando por otros partidos o alianzas?

Sexto, los próximos meses serán escenario de las dificultades que PAN y PRD enfrentarán para hacer realidad su tan ansiado Frente Amplio Opositor, los retos: superar las profundas diferencias y conflictos existentes al interior de sus propios partidos; consensar un plan que tome parte de las posturas de cada partido sin que esto se traduzca en un obstáculo insalvable; combinar sus planteamientos con los de los otros partidos, grupos de la sociedad civil, académicos, intelectuales que se unan a su frente, para conformar un proyecto único; mantener a los partidos llamados de oposición fuera de la órbita de Morena, no sea que los atraiga como al PT; pero sobre todo, atemperar los egos, las ambiciones, las mezquindades de aquellos y aquellas panistas y perredistas que se consideren llamados, llamadas a ocupar la silla presidencial.

Son estos algunos de los escenarios que se vivirán en el proceso electoral que arrancará en septiembre.

*La Dra. Ivonne Acuña Murillo es académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana

 

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